"A las plantas las endereza el cultivo; a los hombres, la educación". Barthélemy.

lunes, 13 de mayo de 2013

Se porta mal para llamar la atención



Imagen tomada de Morguefile.com
“Nuestro hijo de 6 años lleva un tiempo que ha empeorado su comportamiento. No para de hacer trastadas, no hace caso y siempre tenemos que andar regañándole y castigándolo. En el colegio ha empezado a portarse mal y dejar de trabajar. En casa no hay ningún problema, creemos que se porta mal, simplemente para llamar la atención. ¿Qué hacemos?”
¿Verdad que les suena? Esta suele ser una de las demandas más habituales… demanda con diagnóstico añadido: la causa de portarse mal, es querer llamar la atención de sus padres.
EN QUÉ CONSISTE EL PROBLEMA
Como se acaba de indicar, parece que el comportamiento negativo del niño o de la niña lo que busca es atraer la atención de sus padres. La atención es uno de los “premios”, reforzadores se llama técnicamente, más potentes en la conducta infantil.
Se corresponde también con lo que algunos padres acuden con cierta desesperación con expresiones como las siguientes: “ya no sé qué hacer, hemos probado todo y nada nos funciona; lo castigamos y parece que no le importa nada…” El niño consigue el premio, la atención, y el castigo, le importa menos.
CAUSAS
1. No se les presta atención adecuada
Los niños reclaman la atención de sus padres… generalmente por algo muy sencillo: no reciben la atención suficiente. Es posible que el comportamiento adecuado no se haya reforzado y no se le preste atención, mientras que sí se atiende de forma especial cuando se porta mal, aunque sea para regañarle. Es en esos momentos cuando se dirigen a él, lo dejan todo, hablan con su maestra… pero cuando el comportamiento es adecuado, no se actúa.
Otros niños solo consiguen que le hagan caso, cuando hacen trastadas o su comportamiento es inadecuado. Suelo presenciar la escena de niños que llaman a sus padres de forma adecuada y que no son atendidos; hasta que no gritan o chillan, no los tienen en cuenta.
2. Quieren toda la atención
Es menos frecuente, pero sucede que en otros casos, los niños no solo quieren atención, sino que la quieren toda y en exclusiva.
Es el caso de algunos niños con hermanos pequeños, que solo quieren que se les atienda a ellos y que utilizan esta estrategia cuando sus padres desvían la atención hacia el otro hermano… pero la verdad, suele ser muy poco frecuente.
QUÉ HACER
Creo que a estas alturas de la entrada, ya saben cuál es la intervención que tienen que seguir:
1. Prestarle atención
Tienen que prestarle atención a su hijo o hija. Prestarle atención no es matarse de trabajar para que no le falte de nada. Eso está muy bien y tiene mucho mérito. Prestarle atención es atenderlos, que en determinados momentos tengan la exclusiva. Los niños que conozco lo explicarían de esta forma:
- Que me lleve o me traiga del cole.
- Que vea como juego.
- Que me escuche cuando le cuente lo que ha ocurrido durante la mañana.
- Que responda a mis preguntas… también a las difíciles y comprometidas.
- Que me lleve al parque.
- Que me enseñe cosas.
- Que se revuelque conmigo en el suelo, jugando.
- Que me vea como patino, como monto en bici, como bailo o cómo juego al fútbol.
- Que me cuente un cuento antes de dormir…
- Que me regañe cuando hago algo mal.
2º. Ignorar las conductas inadecuadas
Cuando sean capaces de prestar atención a sus hijos e hijas de ese modo, podrán ignorar las conductas inadecuadas, siempre que sea posible hacerlo, de manera que descubran, que papá y mamá les atiende mucho más cuando se portan bien, que cuando se porta mal.
Y es que todas las personas necesitamos nuestra cuota de atención; los niños también y harán lo que sea, por tener su tanque, su depósito de atención repleto.

sábado, 11 de mayo de 2013

En casa lo sabe, en el colegio no




Estamos preocupados con los estudios de nuestra hija. Procuramos ayudarle en todo lo que podemos. Los exámenes los preparamos con ella y comprobamos que se sabe las lecciones o los contenidos que le van a preguntar. Sin embargo, luego en el examen suspende. ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer?
Seguro que muchas familias os sentís identificadas con esta situación. Trabajo como orientador en un centro público de Infantil y Primaria y efectivamente todos los cursos recibo varias consultas de este tipo.
LA SITUACIÓN
La situación se corresponde con el caso inicial con el que comienza la entrada: según los padres, su hijo domina los contenidos, pero más tarde en el examen no es capaz de plasmarlo y suspende.
La mayoría de los padres lo plantean con preocupación, buscando una explicación y una solución.
No son pocos los que acuden con una actitud algo más desconfiada y casi desafiante: -“Algo estáis haciendo mal con mi hija, porque en casa se sabe las cosas”.
POR QUÉ OCURRE
Existen diferentes explicaciones a esta situación y todas son posibles según los casos.
1. Miedo a los exámenes
Una primera explicación puede ser que el niño o la niña muestre algún tipo de inseguridad o de ansiedad a las situaciones de examen: “el miedo a los exámenes”. Es posible que esa sea la causa, aunque normalmente suele identificarse de varias formas: malestar o nerviosismo excesivo alrededor de la prueba o el chico demuestra que sabe los contenidos cuando cree estar en una situación diferente al examen. Ya escribí una entrada sobre el tema que podéis leer aquí.
En Educación Primaria es poco frecuente esta causa y normalmente es algo que se identifica rápidamente.
2. Estrategia de resolución de exámenes
Muchos de estos niños y niñas utilizan estrategias inadecuadas para afrontar los exámenes. Una de las más frecuentes es ir resolviendo pregunta a pregunta la prueba. Cuando una de ellas no la saben, se quedan pensando o intentando resolverla el resto del tiempo, abandonando finalmente el resto de la prueba.
3. Los contenidos no se comprenden ni se han asimilado
Más frecuente suele ser que en realidad, los contenidos ni se han comprendido, ni se han asimilado. Cuando en las pruebas de evaluación se pregunta de forma distinta o se proponen tareas diferentes, no se sabe aplicar lo aprendido. Es como si hubieran asimilado un tipo de respuesta, para un único modelo de pregunta, pero eso en realidad no es ni comprender ni asimilar los aprendizajes.
4. En casa se ofrecen ayudas, en el examen no
Unido a lo anterior descubro que los padres, sin querer, cuando preguntan las lecciones, aportan pequeñas ayudas, que son muy significativas: miradas, comentarios como “estás seguro”; “fíjate”, “mira lo que te preguntan”, que en el momento del examen no se tienen. Aunque parezcan mínimas, pueden marcar la diferencia cuando se está solo ante la hoja de papel.
QUÉ SE PUEDE HACER
Cuando se encuentren con este problema les sugiero que sigan alguna de estas pautas.
Primeras medidas
1. Si se trata de un caso de “miedo a los exámenes“, les recomiendo las orientaciones que escribí en una entrada pasada y que puedenencontrar aquí.
2. Deben hablar con el tutor o tutora y exponerles la dificultad. Puede ser una cuestión de estrategia, de organización de tiempo, del formato de examen. Por ejemplo, si conocen el tipo de examen o de pruebas que suelen preparar, pueden orientar el entrenamiento a ese modelo. Probablemente el tutor o tutora les va a dar la clave del problema.
Dificultades de aprendizaje
Lo más frecuente suele ser que haya unas dificultades de aprendizaje de fondo. Estas dificultades suelen centrarse en tres aspectos:
* Por un lado, hay dificultades de comprensión: el niño o la niña no alcanza a comprender lo que está estudiando y al no comprenderlo, solo puede llegar a memorizarlo. Pero la falta de comprensión le impide saber utilizar ese aprendizaje en los momentos de examen en los que se le hacen diferentes tipos de demanda.
* Los problemas de comprensión suelen ir unidos también a unacarencia de conocimientos previos. Es decir, no se dispone de unos conocimientos anteriores necesarios sobre los que apoyar los nuevos aprendizajes.
Si un niño, por ejemplo, no comprende que los animales pueden clasificarse en diferentes categorías, es complicado que entienda clasificaciones más complejas como vertebrados e invertebrados, por ejemplo.
* Hay otros niños y niñas, que por diferentes motivos, no han desarrollado la suficiente capacidad para realizar abstracciones u procedimientos complejos. Esta situación le dificultará aprender ciertos contenidos complejos, como operaciones aritméticas, razonamientos para abordar los problemas matemáticos, etc.
Cómo abordar estas dificultades
1. En estos casos habría que comenzar por adaptar la enseñanza al nivel de competencia del alumno. Eso que suelo llamar en los cursos que imparto, “bajar en los peldaños de la escalera“, hasta el nivel de dominio del alumno. Y si el nivel no se corresponde con su curso, pues habrá que asumirlo.
2. Ir proponiendo aprendizaje según su nivel de dominio para que pueda ir avanzando progresivamente.
Inconvenientes
A las familias les cuesta admitir estas medidas y casi prefieren que sus hijos vayan a “marchas forzadas”, aunque no comprendan ni asimilen los contenidos.
En algunos casos, esos niños consiguen aprobar los cursos y las asignaturas, pero ¿vale la pena pagar ese precio?